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Realizada la primera fase y la más complicada de una obra compleja, se trata la rehabilitación de un antiguo edificio que albergaba un piscina cubierta con una estructura de cubierta retráctil, que se va a convertir en una sala de convenciones multiusos en la isla de Les Embiez, propiedad de la familia del mítico Paul Ricard, famoso por el célebre anisado RICARD o el circuito de velocidad que también lleva su nombre.
La complejidad de dicha rehabilitación reside en el estado de la estructura, la cual ha sido saneada por el estado de corrosión en el que se encontraba, por lo 10 escasos metros del mar en el que se encuentra localizado el edificio. Una vez saneada toda la estructura se procedió a suplementarla para adaptarla a una nueva cubierta con panel sándwich de lana de roca de 80mm de espesor del fabricante ACH Saint-Gobain y acabado en su cara superior con la chapa de TATA Steel HPS200 Ultra. Así se garantiza la cubierta durante al menos 15 años contra la corrosión a pesar de su cercanía al mar, el color elegido por la Société Paul Ricard ha sido el PURE GREY acabado en satinado.
La segunda fase de la obra consistirá en acabar los cerramientos verticales con panel sándwich de fachada en lana de roca de 50mm de espesor y con el mismo acabado que la cubierta, con la rematería de esquinas, encuentros y cierres en la chapa HPS200 Ultra.
La tornillería usada es fabricada por ETANCO Francia, es una tornillería de alta calidad en acero inoxidable AISI 216A la cual está garantizada por 20 años contra la corrosión, con un gran rendimiento y acabado.
La cubierta con paneles de 10 metros de largo no ha sido fácil de colocar, no por el montaje en sí, si no por hacer llegar el material desde España, cruzando los tráileres en Ferri y llegar a pie de obra, ha requerido de una gran destreza por parte de los conductores de la Agencia de Servicios Logísticos RALLO Hermanos S.A. ya que el espacio en la isla para maniobrar y volver por sus pasos hasta volver al ferri fue una operación muy complicada; una vez descargados los dos camiones, el subir el material con grúa fue algo más sencillo, y el montaje se hizo con un esfuerzo titánico dejando gran parte de la cubierta montada en el mismo día y tal esfuerzo fue, por el peso de los paneles que era de aproximadamente 200 kilos aproximadamente cada uno.
No quisiera acabar este artículo sobre esta obra sin agradecer la colaboración de Gagneraud Construction, que puso a nuestra disposición todos los medios para llevar a cabo esta aventura en Francia, así como a la Société Paul Ricard, por su hospitalidad y ayuda en todo momento para hacernos más fácil esta tarea.
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